Las sociedades civiles son una figura jurídica que cada vez gana más protagonismo entre profesionales, autónomos y pequeños empresarios que deciden unir esfuerzos para desarrollar una actividad común.
Aunque es una opción sencilla y económica para constituir una empresa, muchos desconocen cómo funciona, cuáles son sus ventajas, cómo tributa y, sobre todo, cuándo es conveniente la creación de sociedades civiles.
¿Qué es una sociedad civil?
La sociedad civil es una forma de asociación entre dos o más personas que acuerdan poner en común dinero, bienes o trabajo para conseguir un fin común, generalmente con ánimo de lucro. Así, es una figura regulada por el Código Civil, y aunque no requiere una estructura compleja, sí necesita formalizarse mediante contrato privado o público si se aportan bienes inmuebles.
Una de las principales características de la sociedad civil empresa es que no tiene por qué estar sujeta al mismo régimen legal que una mercantil. Por tanto, la sociedad civil tiene personalidad jurídica propia únicamente si el contrato se eleva a público y se inscribe en el Registro Mercantil, algo no obligatorio pero recomendable.
En cuanto a la gestión, los socios participan directamente en la administración, y los beneficios se reparten según lo estipulado en el contrato social. Así, es fundamental saber cómo cobran los socios de una sociedad civil, ya que puede ser en función del trabajo aportado o del capital invertido.
Tipos de sociedades civiles
Existen distintos tipos de sociedades civiles, dependiendo del objetivo, el tipo de actividad y la relación entre los socios. Los principales son:
- Sociedad civil particular, es la más habitual y se basa en un contrato privado entre los socios. No requiere grandes formalidades ni registro público.
- Sociedad civil profesional, formada por profesionales que ejercen su actividad colegiada (abogados, arquitectos, médicos, etc.). Esta modalidad está regulada por la Ley de Sociedades Profesionales.
- Sociedad civil con objeto mercantil, aunque tradicionalmente las sociedades civiles no tenían actividad mercantil, con las reformas fiscales pueden operar con este objeto, pero deben tributar como una mercantil.
Elegir entre una u otra dependerá de la actividad, los objetivos de los socios y la forma en que deseen tributar.
Ejemplos de sociedad civil
Para entender mejor esta figura, veamos algunos ejemplos de sociedad civil reales:
- Despacho de abogados, tres abogados se unen para ofrecer servicios legales compartiendo una oficina, recursos y clientes. En este caso, podrían optar por una sociedad civil profesional.
- Agencia de marketing, dos autónomos, un diseñador gráfico y un especialista en SEO, crean una sociedad civil empresa para ofrecer servicios integrales de marketing digital.
- Taller artesanal, un carpintero y un herrero deciden unirse para realizar muebles a medida combinando sus oficios. Aquí se forma una sociedad civil privada sin gran complejidad administrativa.
Estos ejemplos muestran cómo esta figura permite colaborar de forma estructurada y legal, sin necesidad de crear una empresa mercantil compleja.

¿Qué impuestos paga la sociedad civil?
Uno de los aspectos más relevantes al elegir esta forma jurídica es la tributación de una sociedad civil. Desde la reforma fiscal de 2016, las sociedades civiles con objeto mercantil están obligadas a tributar por el Impuesto de Sociedades, como cualquier sociedad limitada.
Por lo tanto, cómo tributa una sociedad civil depende de su objeto social. Si su actividad no es mercantil, los socios tributan en el IRPF en función de su participación en los beneficios, como en una comunidad de bienes.
Ahora bien, cómo tributan los socios de una sociedad civil también es clave: si la sociedad está sujeta al Impuesto de Sociedades, los socios recibirán su parte como dividendos o retribuciones, con su correspondiente retención fiscal.
¿Cómo cobran los socios de una sociedad civil?
Una de las dudas más comunes al formar parte de una sociedad civil es entender exactamente cómo cobran los socios de una sociedad civil. Y es que, a diferencia de las sociedades mercantiles, donde los socios pueden recibir su parte mediante dividendos o nóminas, en la sociedad civil el sistema de retribución varía según su régimen fiscal y la estructura del acuerdo entre los socios.
En general, los socios de una sociedad civil profesional o particular cobran a través del reparto de beneficios, de acuerdo con lo pactado en el contrato social. Este reparto puede basarse en las aportaciones económicas, en el trabajo realizado o en una combinación de ambas. Por ejemplo, en una agencia de diseño formada por dos socios (uno aporta capital y otro trabajo), ambos pueden recibir su parte proporcional de las ganancias según ese acuerdo inicial.
Cuando la sociedad civil empresa no tiene objeto mercantil, no tributa por el Impuesto de Sociedades. En estos casos, cada socio incluye en su declaración de IRPF la parte de beneficio que le corresponde. Aquí es fundamental entender cómo tributan los socios de una sociedad civil, ya que son ellos, no la sociedad, quienes hacen frente a los impuestos personales sobre las ganancias obtenidas.
Por otro lado, si estamos ante una sociedad civil con objeto mercantil, la sociedad debe tributar como una empresa (Impuesto de Sociedades). En este escenario, los socios pueden cobrar mediante retribuciones periódicas (como si fueran trabajadores), honorarios por servicios profesionales o dividendos si así se establece legalmente. La forma exacta en que se cobra dependerá del acuerdo social y de las condiciones contractuales establecidas.
¿Cuándo es conveniente crear una sociedad civil?
La sociedad civil es una excelente opción en determinadas circunstancias. Por ejemplo, se recomienda principalmente cuando dos o más personas desean colaborar en un proyecto común sin incurrir en los costos o requisitos de una sociedad mercantil.
Pero, ¿realmente cuándo es conveniente crear una sociedad civil?
- Primero, si la actividad que se va a desarrollar no es estrictamente mercantil, sino profesional o de servicios, la sociedad civil profesional puede ser perfecta. Es habitual en sectores como la abogacía, medicina, consultoría o arquitectura.
- Segundo, es una forma jurídica ideal cuando se busca agilidad y bajo coste. No es necesario un capital mínimo, y el contrato puede ser privado. Además, es una figura fácil de disolver si el proyecto no prospera.
- Tercero, cuando la relación entre los socios es de confianza mutua y buscan una estructura más colaborativa y menos jerárquica. En este caso, compartir beneficios, decisiones y responsabilidades es mucho más sencillo en una sociedad civil.
Eso sí, si la sociedad tiene un objeto claramente mercantil, como la compraventa de productos o servicios a gran escala, podría ser más ventajoso optar por una sociedad limitada. En cualquier caso, la elección depende del modelo de negocio y de las necesidades de los socios.

¿Qué diferencia hay entre sociedad civil y sociedad limitada?
Una de las preguntas más frecuentes al elegir forma jurídica es: ¿qué diferencia hay entre sociedad civil y sociedad limitada? Aunque ambas permiten emprender en conjunto, sus características legales, fiscales y administrativas son muy distintas.
- Constitución: La sociedad civil se puede crear mediante un contrato privado, sin capital mínimo ni inscripción obligatoria en el Registro Mercantil. En cambio, la sociedad limitada (SL) exige escritura pública, registro y un capital mínimo de 3.000 euros.
- Responsabilidad: En la sociedad civil, los socios responden con su patrimonio personal de las deudas sociales. En la SL, la responsabilidad está limitada al capital aportado, protegiendo los bienes personales de los socios.
- Fiscalidad: La SL siempre tributa por el Impuesto de Sociedades. La sociedad civil puede tributar por este impuesto si tiene objeto mercantil; de lo contrario, los socios tributan en el IRPF.
- Formalidades: La SL requiere más obligaciones contables, fiscales y formales. La sociedad civil es más flexible y sencilla de gestionar, lo que la hace atractiva para proyectos pequeños.
En resumen, la SL ofrece más seguridad jurídica y fiscal, pero con mayor complejidad y coste. La sociedad civil es ideal para proyectos colaborativos, de menor escala o con un enfoque profesional.
¿Qué diferencia hay entre sociedad civil y mercantil?
La principal diferencia está en el objeto: la sociedad civil tiene un fin común no mercantil, mientras que la sociedad mercantil nace con ánimo de lucro y una actividad comercial definida. Las sociedades mercantiles, como la SL o la SA, están reguladas por el Código de Comercio, mientras que la sociedad civil se rige por el Código Civil.
En términos fiscales, como hemos mencionado, si la sociedad civil con objeto mercantil desarrolla actividad comercial, debe tributar como una mercantil. Pero su naturaleza sigue siendo civil en cuanto a régimen jurídico, salvo que se registre como sociedad mercantil.
Otra diferencia importante es que las sociedades mercantiles deben inscribirse obligatoriamente en el Registro Mercantil, algo que no es necesario en una sociedad civil a menos que desee personalidad jurídica plena.
¿Qué diferencia entre sociedad civil y comunidad de bienes?
Ambas figuras comparten ciertas similitudes: no requieren capital mínimo, pueden crearse mediante contrato privado, y en muchos casos, los socios tributan a través del IRPF. Sin embargo, hay diferencias clave:
- En una comunidad de bienes, los socios comparten la propiedad de un bien o derecho. No hay ánimo de lucro conjunto, sino administración compartida. En cambio, en la sociedad civil, sí existe un fin común con ánimo de lucro.
- La sociedad civil tiene mayor autonomía de funcionamiento y puede incluir aportaciones de trabajo, no solo bienes.
- En términos fiscales, ambas pueden estar sujetas a IRPF, pero si la sociedad civil tiene objeto mercantil, debe tributar por el Impuesto de Sociedades.
Entonces, la sociedad civil es una figura jurídica útil, flexible y económica que ofrece una alternativa real para quienes quieren emprender en colaboración con otros profesionales o socios. Ya sea una sociedad civil profesional, una sociedad civil particular, o una con objeto mercantil, entender cómo funciona, cómo tributa una sociedad civil y cuáles son sus ventajas e inconvenientes resulta fundamental para tomar la mejor decisión.
Si tu proyecto es pequeño, con bajo riesgo, o entre personas de confianza, una sociedad civil es la forma jurídica ideal para ti. Si deseas contar con más información sobre la creación de sociedades civiles, te recomiendo acudir a una asesoría en sociedades civiles en Alcala de Henares, Madrid, y empieces la conformación de este tipo de sociedad de manera ágil y segura.
Preguntas Frecuentes
1. ¿Puede una sociedad civil contratar empleados?
Sí. La sociedad civil puede contratar empleados como cualquier empresa, siempre que esté debidamente registrada a efectos fiscales y cumpla con la normativa laboral.
2. ¿Es necesario registrar una sociedad civil en el Registro Mercantil?
No es obligatorio, salvo que se quiera dotarla de personalidad jurídica plena o si se aportan bienes inmuebles. Sin embargo, puede ser recomendable por motivos legales o fiscales.
3. ¿Cómo se reparten los beneficios en una sociedad civil?
Los beneficios se reparten según lo acordado en el contrato social. Si no se especifica, se distribuyen en proporción a las aportaciones de cada socio.
4. ¿Puede una sociedad civil realizar actividades comerciales?
Sí, pero si lo hace, debe tributar por el Impuesto de Sociedades y cumplir con obligaciones propias de las sociedades mercantiles.
5. ¿Qué diferencia hay entre SCP empresa y SL?
Una SCP (sociedad civil profesional) está formada por profesionales colegiados que ejercen una actividad conjunta. La SL (sociedad limitada) es una forma mercantil con responsabilidad limitada y mayores requisitos legales.



